París con papi

Una exposición en Frankurt y una idea que terminó siendo un regalo de la vida.  Un viaje sorpresa a París con mi papá y recuerdos de cuando habíamos ido por primera vez toda la familia.

Mayo de 2015 viajaba a una exposición en Frankfurt.  Comenzaba el lunes 4 y planeaba viajar el sábado para relajar un poco antes.   Cuando estaba por sacar el pasaje mi papá me comenta que tenía ganas de ir pero que no se animaba porque no andaba bien de las piernas y había que caminar mucho.

Las exposiciones en Alemania son enormes.  Un pabellón puede llevar un día y había 9 para recorrer.

Mi viejo es un hombre al que le gusta bailar, de hecho baila Salsa casi todos los días de la semana  en diferentes lugares.  La necesidad de caminar en invierno con el asma no se compatibilizaban entonces empezó a bailar y hasta se hizo instructor.  Pero él adora anotarse en lugares nuevos y que cuando lo ven bailar lo suban de nivel.  Siempre fue el Tato Bores de la familia, de toda.  Lo adoran.

Volviendo al tema del viaje, en ese momento tenía 78 años y venía de un proceso en el cual a causa de un antibiótico había tenido un problema en los músculos de las piernas.  Se estaba recuperando y había comenzado a bailar de nuevo.

Cuando me dice que quería venir pero no se animaba hablé con mi mamá para ver qué le parecía la idea.  Por otro lado a mi me daba un poco angustia contarle porque a los dos les encanta viajar pero ella si tiene problemas de locomoción, no puede caminar mucho, anda con bastón  y me daba un poco de culpa irme solo con mi papá.

Pero mi vieja la cazó al vuelo y le encantó la idea, era como si ella viajara con nosotros.  Nos iba a seguir por Skype y por Facebook.  Lo convenció.

Empecé a jugar con los días.  Si salíamos el viernes 1 de mayo llegábamos el sábado y nos daba tiempo a visitar algo de por ahí.  Alguna ciudad cerca y Frankurt (a mi Alemania me aburre bastante, pero a mi viejo le encanta).

Cuando me pongo a buscar alguna ciudad grande, algo donde no hubiera estado y que quedara cerca ninguna estaba a menos de 5 horas de viaje en tren salvo París.  A 3,59 minutos de viaje.

Y ahí se me ocurrió la loca idea de invitarlo ese fin de semana a París  y a cenar a una brasserie a la que habíamos ido en nuestro primer viaje a Europa como una sorpresa.

Mi viejo es de engancharse fácil, pero era una jugada.  Busqué un hotel y encontré uno a pocas cuadras del Louvre.  Teníamos la estación Chatelet de metro en la esquina.  Los pasajes de tren ok.

Llegábamos a las 11 am a Frankurt desde Buenos Aires y del aeropuerto íbamos en tren  hasta la Hauptbanhof donde a 3 cuadras teníamos el hotel.  Nos acomodábamos -nos daba tiempo de salir a almorzar-, descansar un poco  y a las 16,58 hs Salir para París.  Todo cronometrado.  Llegábamos 20,54 a París y 21,30 yo había hecho una reserva para cenar en la noche del sábado.  El domingo recorrida, algún museo y vuelta a la tarde.  Llegábamos a la noche a Frankfurt.  Una locura, pero mi viejo encantado con la idea.

Fuimos con tiempo a la estación de Frankfurt para encontrar el tren y no estar a las corridas.  Llegamos al anden y no había nadie.  Ni guarda, ni gente, nada.  Dudábamos subirnos hasta que lo hicimos.  Éramos nosotros solos en el vagón.  Los indicadores arriba de los asientos decían desde dónde se ocupaban, pero aún así teníamos dudas hasta que en las diferentes paradas el tren se fue llenando.

Quien haya ido a París sabe que a veces conseguir hotel es complicado y yo había conseguido una sola habitación con dos camas.  Creo que nunca dormí con mi viejo, quizás cuando era chica pero no me acuerdo.  Me tuve que comprar un camisón!, si, creo que la última vez que usé uno fue cuando nació mi hijo, odio los camisones, pijamas, etc.  Para qué están las remeras viejas?

Llegamos a horario y, pese a que teníamos el metro en la esquina tomamos un taxi desde la estación hasta el hotel porque si no todo el plan se desarticulaba.  Llovía.  Llovió todo el fin de semana.

Cuando llegamos al hotel le recuerdo al concerje (un europeo del este bastante simpático) que eran dos camas.  Me hizo esperar  y vimos pasar un colchón y sábanas que era la señal de que se habían olvidado y estaban preparando todo a último momento.

Ni nos bañamos porque no nos daba el tiempo y buscamos un taxi para ir al restaurante porque mi viejo no podía caminar mucho, estaba cansado y pese a que quedaba cerca llovía bastante.

La cena

Conocimos esta brasserie cuando vinimos por primera vez a Europa (Leer: Mi primer viaje a Europa) a instancias del guía, quien nos recomendaba diferentes lugares para ir dada la terrible avidez de mi viejo de conocer cada lugar desde todos sus ángulos, especialmente el gastronómico.

Au Pied de Cochon queda en el barrio de Les Halles donde se hallaba el antiguo mercado techado que fue inspiración para el Mercado de Abasto de Buenos Aires y que hoy es el Forum Les Halles, el centro comercial donde se encuentra la estación de metro.

Es una brasserie muy concurrida, con sus espejos, bronces y manteles a cuadros.  Su especialidad -como el nombre lo indica- es la pata de cerdo hervida y luego rebozada y horneada.  La sirven junto con un cuenco con agua y limón para enjuagarse los dedos porque se come directamente con las manos.  Las otras especialidades son la Soupe à l’oignon gratinée (un puema, diría Doña Petrona) y los frutos de mar.  En todas sus variables y tamaños.

Cuando fuimos con mis viejos en el primer viaje que hicimos a Europa me acuerdo que nos trajeron unos barrilitos chiquitos para la mesa con mantequilla y pepinillos en vinagre como para comenzar.  Eran divinos, una copia exacta a los que uno encuentra en los lugares donde venden aceitunas pero minúsculos, tamaño «de mesa», digamos.

Además de eso me acuerdo de otra cosa.  Nos llamó mucho la atención en aquél momento que a la hora de dar propina, los clientes rebuscaban en sus monederos las monedas más chiquitas de francos (nosotros viajamos en la época pre Euro) y con toda pompa se la ponían en la mano al mozo como si le dieran una fortuna.

Yo me acuerdo que mi viejo comió y lo pasó tan bien que cuando llegó el momento de la propina le dio unos billetes al mozo, creo que eran como 20 francos franceses, no puedo explicarles la cara del mozo, que en un primer momento le dijo que se  había confundido -obviamente sabía que éramos turistas-.

Mi papá le dijo con señas que no, que era para él y cuando nos levantamos para irnos sucedió algo que me quedó marcado para toda la vida.  A la salida teníamos formados a todos los mozos y el personal de cocina con sus delantales blancos que a medida que íbamos pasando se inclinaban en una reverencia agradeciendo el «gesto» de mi padre.  Inolvidable.

Después de todo este relato se imaginarán la cara de mi viejo cuando le dije que teníamos reservas para ir a cenar precisamente ahí.  Fue inolvidable esta vez ver la felicidad de mi padre.  Aquí les dejo unas fotos para que las vean:

En la mesa de al lado había unos argentinos y un suizo que venían registrando cada uno de nuestros movimientos y escuchaban nuestra charla al punto que cuando se levantaron nos saludaron.  Mi papá se puso a contarles emocionado que a ese restaurante habíamos ido cuando nosotros éramos chicos y él nos había llevado.   Que esa noche yo lo había invitado a él de sorpresa y que estaba feliz por haber vuelto.  Obviamente terminamos brindando todos juntos con champagne.

Último día en París

Después de semejante viaje de Buenos Aires a Frankfurt, el viaje a París y todas las emociones juntas al otro día mi viejo dormía como una piedra.  Yo me desperté tempranísimo excitada por salir a recorrer París -pese a que llovía a cántaros-  le iba relatando por facebook a mi vieja cada  uno de los detalles mientras esperaba que mi viejo se despertara.  Me daba pena despertarlo, dormía plácida y profundamente.

Ya alrededor de las 10,30 decidí despertarlo para «mover» y salir a recorrer la ciudad.  Ni desayunamos en el hotel, preferimos tomar el desayuno en alguno de los típicos cafés de París.  Obviamente se pidió un chocolate con un croissant.  Mi viejo es un personaje.

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Quisimos ir al Museo de Orsay pero la fila era larguísima bajo la lluvia.  El primer domingo del mes la entrada es gratuita para todos.  Nos compramos unos paraguas de esos para turistas y recorrimos los negocios cercanos.  Como llovía bastante mi viejo me dijo que paráramos un taxi que nos llevara a recorrer un poco y eso hicimos.

Mi papá estaba fascinado, con su teléfono iba sacando fotos para registrar cada momento y mostrárselo a mi mamá (yo le iba publicando paso a paso todo lo que hacíamos).  Él se las mandaba por Whatssap.

Después de esa recorrida fuimos a almorzar nuevamente al barrio Les Halles y siguió con los frutos de mar.  Caminamos por la zona (El louvre también es gratis en domingo, así que imagínense las filas para entrar).

Terminamos volviendo al Museo de Orsay pero como faltaban unas horas para cerrar y había mucha gente ya no tenían abierto el acceso al público.  Desilusionado, mi viejo me dijo, de ir a caminar por el Sena (había parado de llover) y terminamos de compras en el Carrousel du Louvre, el centro comercial bajo el Louvre, donde atacó cuanto negocio tenía a su vista.  Se compró de todo para él, mi vieja, mis sobrinas… estaba chocho de alegría.

A las 19,06 salía el tren para volver a Frankfurt.

Me di el gusto de poder pagarle a mi viejo nuestra primera visita a Europa, todo lo que hizo por nosotros sin que nos hayamos dado cuenta hasta ahora.  Fue tan movilizante que aún hoy escribiendo este post me saltan las lágrimas.

Cierro el post con la que creo es la imagen que lo pinta entero, gracias a él cada viaje que hacemos es una fiesta, tratando de aprovechar las pequeñas cosas que lo hagan inolvidable.

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18 Comentarios Agrega el tuyo

  1. juanoflyer dice:

    Dinha, que hermoso viaje. Que emocionante. Un regalo de ambos hacia el otro. El dinero solo tiene sentido para la educación de nuestros hijos y para estas cosas. En esta historia hay una protagonista de reparto y es tu mamá. Sin ella esto no hubiese sido posible. Son pocas las personas que son generosas con la felicidad ajena, aun sea su marido. Mandame a ella, un saludo de mi parte. Las fotos de tu viejo, que decir, me emocionan también. Transmiten felicidad. Que gran oportunidad invitarlo como El hizo con vos…. Felicitaciones por la emoción que transmiten tus letras…

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    1. dinhaviajera dice:

      Gracias Juano! Fue sensacional poder hacerlo.

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  2. queseyooo dice:

    Hermoso relato! Me emocioné mucho. Estoy organizando un viaje con mis papas para 2017 a Europa y la verdad estoy ansiosa de hacerlo. Con solo ver la cara de tu papá se nota lo emocionado que estaba y tu mamá una genia!!!! Gracias por compartir esta historia tan linda.

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    1. dinhaviajera dice:

      Gracias a vos y espero que tu viaje sea tan movilizante como este lo fue.

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  3. Portu dice:

    Excelente relato Dinha! Me encantó! Que cagada lo de la lluvia, lo bueno es que se las ingeniaron igual para poder disfrutar de la visita a París.
    Abrazo grande!

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    1. dinhaviajera dice:

      Gracias querido… igual se disfrutó, mi viejo sobre todo.

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  4. Cintia dice:

    Que hermoso relato! Escribo el comentario t aún tengo lágrimas en los ojos. La cara de alegría de tu papá es hermosa, sin dudas le regalaste un gran momento. Beso enorme para tu mami que sin dudarlo te dijo que lo lleves. Coincido con Juan, el dinero solo es importante para la educación de nuestros hijos y para poder regalarnos estos momentos.
    Estoy tratando de convencer a mis papás para ir a Europa el próximo año, ellos solos no se animan y si bien yo no hablo estupendamente inglés me defiendo, fui este año x primera vez con mi marido y nuestro hijo y quedamos encantados.

    Beso enorme y gracias por compartir tan linda historia.

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    1. dinhaviajera dice:

      Gracias a vos Cintia, no se van a arrepentir. Saludos

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  5. Los que tenemos padres mayores sabemos cuanto se disfrutan estos momentos. Y como te cambia la vida… cuando sos niño, ellos te llevan , te invitan, organizan y ahora uno es el.que tiene que acompañarlos, invitarlos, ayudarlos. Momentos gratos pero que shockean un poco.
    Gran Post Dhina!! Felocitacion

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    1. dinhaviajera dice:

      Gracias! Ya estamos cerca de otro viaje todos juntos. Ya se enterarán. 😗

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  6. bettysreisen dice:

    Gran relato de un viaje inolvidable para ambos!
    Es la segunda entrega de una trilogía?:)
    Besos!

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    1. dinhaviajera dice:

      Gracias Betty voy a vender los derechos a Hollywood jajaja

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  7. Dinha! No había leído esto! Que emocionado me dejaste. La felicidad de tu papá y tu generosidad. No puedo explicar bien lo que me generaste pero, que emoción! Sos inspiradora! Un beso y feliz Navidad

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    1. dinhaviajera dice:

      Gracias querido!!! Beso grande.

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  8. Silvia dice:

    Hermoso relato! Me emocionó mucho. Disfruten !! Gracias por compartirlo.

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  9. elena2704 dice:

    Qué belleza de post! Un canto de amor filial en todas sus lineas.
    Tu relato sobre el primer viaje a Europa en familia es absolutamente divino. Me ha llegado al alma y me ha emocionado mucho. Tu papi: un crack! Es un hermoso!
    Este es un post de hace dos años, espero que él todavía esté con uds llenando sus vidas de detalles tiernos y anécdotas divertidas.
    Abrazos desde Colombia.

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    1. dinhaviajera dice:

      Está bailando salsa en estos momentos… lo hace todos los días. Y es descabellado por donde se lo mire. Gracias!

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